En las conversaciones con nuestros hijos, la comunicación verbal (lo que hablan) es tan importante como la no-verbal (cómo actúan). Para poder comprender lo que están tratando de comunicarnos, es necesario observar detalladamente todos los mensajes que nos envían, tanto con sus expresiones corporales como con sus palabras. Saber reconocer estas señales nos ayudará a conocer sus sentimientos.
Esté atento a las expresiones corporales y faciales de su hijo. Observe por ejemplo, si está relajado, sonriente y mirándole a los ojos, o si por el contrario, está nervioso, tiene el gesto fruncido, golpea el suelo con sus pies y mira continuamente su reloj. Estas señales mandan claros mensajes que no podemos ignorar.
También es importante enriquecer nuestras señales corporales; miradas, gestos, caricias, apretones de manos, roces o sonrisas. Estas acciones son un lenguaje que nos acerca a nuestros hijos y favorecen la comunicación